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domingo, 22 de enero de 2012

Consejos para vivir con EMMovilidad y conducción


Consejos Generales

  1. 1. 1. Movilidad
    La movilidad se define como la capacidad para realizar movimientos gracias a nuestra propia fuerza muscular, coordinación, equilibrio y resistencia. En caso de deterioro de la capacidad de movilidad propia, esta puede apoyarse en medios externos (asideros, bastones, andadores, sillas de ruedas…).
    En muchas ocasiones esta limitación de movimiento puede afectar tus actividades diarias y, en función de la intensidad, puede provocar una pérdida de autonomía.
    A continuación se listan una serie de dispositivos que pueden mejorar tu movilidad:
    • En función de la evolución de la enfermedad, para ayudar a la deambulación, puede ser necesario el uso de ayudas como bastones, muletas, andadores y/o sillas de ruedas. Los equipos sanitarios te orientarán convenientemente.
    • Cuando hay problemas de equilibrio, debilidad, espasticidad o fatiga, con una o dos muletas podrás conseguir tener una marcha más autónoma y segura. El uso de las muletas además de facilitar el caminar y evitar riesgos de caídas, te permitirá realizar un cierto ejercicio. El ejercicio te ayudará a que síntomas como la espasticidad y la fatiga se manifiesten menos.
    • En algunos casos, cuando el problema es un desequilibrio o debilidad más importante, es recomendable el uso de andador, para conseguir una mayor estabilidad. Es preferible el uso de andadores con dos ruedas delanteras.
    • Por otro lado, también puede ocurrir que sin estas ayudas o con ellas, te puedas manejar bien en distancias cortas, pero que te sea más complicado moverte en distancias largas o cuando tienes que estar mucho tiempo fuera de casa. En estos casos, es conveniente tener una silla de ruedas para poder utilizarla en determinadas ocasiones (si bien habrá que valorar si te conviene más una silla manual o una eléctrica).

    2. Conducción
    La técnica y la industria han hecho posible que hoy en día el padecer EM no suponga la incapacidad para la conducción de vehículos a motor.
    Para que un paciente con EM pueda conducir deberá efectuar las modificaciones y/o adaptaciones que se requieran en cada caso, bien sea en el vehículo, y estas deberán suplir las deficiencias para permitir conducir con seguridad.
    Dichas modificaciones o adaptaciones deben estar homologadas y solo pueden ser realizadas por talleres y personal especializado (Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, por el que se
    aprueba el Reglamento General de Conductores). Los vehículos pueden salir con las modificaciones y/o adaptaciones de serie o efectuarse antes o después de la matriculación, debiendo pasar la ITV para verificar que cumplen la normativa vigente en cuanto a homologación y seguridad. Estas adaptaciones las realizan los profesionales de los centros médicos autorizados para la revisión de carnets de conducir.
    En función del vehículo y el tipo de discapacidad que se conduzca, existen distintas posibilidades:
    • Para conducir un coche,
    - Un volante de manejo más fácil y/o sistema de frenos adaptado que compensa la falta de fuerza.
    - Controles manuales mecánicos que permiten el manejo del acelerador y del freno utilizando las extremidades superiores.
    - Los sistemas de servofreno y servoacelarador pueden compensar la falta de fuerza y control de los brazos.
    • En el caso de conducir una furgoneta, existen vehículos con suelo bajo y equipado con rampa, o con un pequeño elevador. Una serie de adaptaciones permiten acceder hasta el asiento del conductor o bien conducir desde una silla de ruedas.
    A la hora de conducir existen una serie de recomendaciones:
    • Cuando tengas visión doble de forma intermitente, abstente de conducir.
    • Si padeces fotosensibilidad, las gafas de sol pueden ayudarte.
    • Puedes compensar la pérdida de visión periférica mediante el uso de espejos especiales.
    • Las alteraciones visuales muy graves pueden incapacitarte para la conducción en general, o solo para la conducción nocturna.
    • No podrás conducir cuando presentes somnolencia o justo antes o después de una toma de medicamentos.
    • Consulta a tu médico si la medicación que estás tomando puede incapacitarte para conducir.
      Para poder conseguir la homologación del permiso de conducir si se padece EM tendrás que llevar a cabo los siguientes pasos:
      1- Realización de pruebas específicas en un Centro Médico: deberás acudir a un Centro de Reconocimiento Médico de Conductores donde, tras ser sometido a las pruebas, te valoran, dictaminan y orientan sobre las adaptaciones que necesitarás y te facilitarán el correspondiente informe técnico.
      2- Adaptación del vehículo: tendrás que dirigirte a un taller especializado para que te adapten el vehículo a tus necesidades.
      3- Validación técnica del vehículo: después de haber adaptado el vehículo tendrás que pasar la Inspección Técnica del Vehículo (ITV).
      4- Renovación del permiso de conducción: la frecuencia de revisiones será mayor a la Standard y deberás presentar en la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente el informe emitido por el Centro de Reconocimiento Médico de Conductores, el permiso o la licencia de conducción, dos fotografías, el N.I.F. y fotocopia del N.I.F. De esta forma, en el permiso de conducción quedarán reflejadas las limitaciones que pudieran presentarse en ese momento y las adaptaciones requeridas para la conducción.
      5- Realización de una prueba práctica de conducción: la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente, en función del informe médico, te puede solicitar superar una prueba práctica. La prueba la realiza un examinador de la Jefatura y un médico. Después de esta prueba, se establece las adaptaciones correspondientes.

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